La forma tradicional de recortar los cascos que se enseña en las escuelas de herradores no se corresponde con los principios básicos de la naturaleza del caballo. En la mayoría de los centros de formación, el entrenamiento comienza con cascos ya enfermos, que pueden haber sido herrados incorrectamente durante toda la vida.

Esto hace que el estudiante comience con una base incorrecta. Por otro lado, la técnica tradicional en muchas escuelas de recorte de casco (descalzo) no respeta los límites naturales del casco y no tiene en cuenta su flexibilidad en sentido vertical. Esto conduce a la incapacidad de equilibrar adecuadamente el casco.

A partir del momento en que no se tienen en cuenta estos dos factores esenciales, el recorte de cascos se convierte en un juego de azar, en el que el resultado correcto para el caballo es sólo una casualidad, ya que el recorte no es ni medible ni reproducible.

Hay que entender que es imposible equilibrar adecuadamente un casco si no se respeta su naturaleza y no se comprende su funcionamiento.