22 March, 2024
La gran mayoría de las veces es porque se lo permitimos, o bien, porque generamos la situación para que el potro o caballo aprenda a hacerlo.
El mayor error que se comete cuando el caballo lo hace por primera vez, es pretender tranquilizarlo con caricias. Una caricia dada inmediatamente después de que el caballo quita el pie, significa “sigue haciéndolo, lo que haces está muy bien”. El caballo recibe un premio por hacer algo que no debería hacer.
¿En qué momento aprende?
Los caballos aprenden lo correcto y lo incorrecto con la misma facilidad.
Normalmente, el aprendizaje de quitar el pie sucede cuando nuestros tiempos de limpieza y recorte son muy largos. Esto lleva a que el caballo pierda la confianza, se canse, se aburra y quiera quitar el pie.
La forma correcta de comenzar a recortar los cascos es acortando los tiempos lo más posible.
Los pasos correctos son los siguientes.
Primer paso: preservando siempre la calma, levantamos el pie anterior; esperamos a que el caballo se relaje; lo soltamos – liberamos presión –. Levantamos el otro pie anterior; esperamos el momento de relajación; soltamos. Y así en los 4 pies. Si no hay un momento de relajación, evitamos soltar el pie. El premio a la relajación es la quita de presión.
Mediante este proceso de enseñanza, le habremos mostrado al potro o caballo cuáles son nuestras intenciones. La enseñanza es: “si levantas el pie y te relajas, te liberaré de la presión inmediatamente, no haré más que eso, no te lastimaré”.
Segundo paso: Levantamos nuevamente el primer pie anterior; esperamos a que se relaje; lo limpiamos con un cepillo o limpia cascos; soltamos – liberamos presión –. Así sucesivamente en los 4 pies. Este proceso no debería durar más de 10 segundos por pie. En este paso hemos añadido la limpieza de los cascos. Esto también muestra al caballo cuáles son nuestras intenciones.
Tercer paso: Levantamos el primer pie anterior; esperamos a que se relaje; comenzamos a cortar ranilla y barras; soltamos. Este proceso no debería durar más de 20-30 segundos por pie, o bien, hasta que percibamos que el caballo está incomodo y podría quitar el pie. Si no has terminado con el corte de ranilla o barras, suelta el pie de todos modos.
Levanta el pie nuevamente hasta terminar tu trabajo de recorte de ranilla y barras, pero siempre respetando los tiempos.
Luego seguimos la ronda, haciendo en cada pie lo que debamos hacer.
Si nos pasamos de los 20-30 segundos, el caballo querrá liberarse de la presión y quitará el pie. Habrá comenzado a aprender a hacerlo. Habremos generado la situación para que aprenda a hacerlo. La clave está en soltar el pie antes de que sea el caballo quien lo haga. De esta forma, el caballo siempre esperará el momento de liberación de presión, porque sabe que vendrá. En cambio, cuando sabe que no vendrá ningún momento de liberación de presión, él mismo se encargará de liberarse.
Con el tiempo, a medida que el caballo aprenda, se podrán ir alargando los tiempos, pero evita mantener un pie levantado por más de un minuto, incluso en caballos mansos y acostumbrados.
Esta técnica en su conjunto es importante sobre todo para los podólogos principiantes, porque al ser lentos en su trabajo, obligan al caballo a tener el pie levantado durante demasiado tiempo. Comienzan a quitar el pie y aprenden a hacerlo. Aprenden lo incorrecto.
El manejo de potros es esencialmente sensible. Durante la enseñanza hay que ser muy respetuoso con los tiempos. Es nuestra responsabilidad enseñar lo correcto, no lo incorrecto. Transmitir la confianza necesaria es la clave de nuestro éxito, por lo tanto, mantente siempre tranquilo y no pierdas la calma.