¿Sabías que los talones del pie del caballo manifiestan su longitud exacta con uno o más puntos de estrés?

Un pie proporcionado con un desgaste hasta el nivel de la suela funcional y que no está en un proceso de compensación postural, no tiene ningún punto de estrés, sencillamente porque no hay pared excedente que genere contrapresión desde el suelo.

Un pie proporcionado con talones demasiado largos porque la pared ha crecido y no tuvo posibilidad de desgaste, muestra un punto de estrés justo donde se une la suela funcional con la pared del talón. Ocasionalmente, este punto de estrés podría no ser visible a nuestros ojos, pero las fuerzas se unen en ese punto.

Si nos encontramos con un pie que no cumple con las proporciones naturales, porque por alguna razón se encuentra en procesos de compensación postural, podremos observar dos puntos de estrés, visibles en la pared del talón. El primer punto de estrés se encuentra cercano a la línea del pelo, y corresponde a la longitud real de talones. O bien, a la longitud exacta para ese caballo si no estuviera compensando una mala postura. Este punto de estrés suele corresponder al nivel de la ranilla.

En cambio, el segundo punto de estrés corresponde al nivel de la suela funcional, y es el punto de estrés producto de las compensaciones posturales actuales que se encuentra realizando el caballo. Este es el punto de estrés que respetamos al seguir el nivel de la suela funcional o nivel 0 durante el recorte. ¿Por qué respetamos este punto de estrés? Porque si recortamos por debajo del nivel de la suela funcional (nivel -1, -2, etc.), estaremos modificando la postura del caballo y lucharíamos en contra de sus propias compensaciones, que no son más que una defensa ante un mal mayor.

¿De qué sirve reconocer los puntos de estrés?

Desde mi experiencia, me permite hacer un trabajo exacto de forma individual para cada caballo. Sabemos que cada milímetro de más o de menos hace una gran diferencia, entonces, ¿por qué no trabajar de forma exacta?

¿Por qué uso el compás áureo?

En un pie proporcionado que no está en un proceso de compensación postural o que no ha sido dañado por compensaciones posturales pasadas, todas las proporciones coinciden de forma exacta –ubicación del hueso navicular; ubicación de la inserción de los tendones flexor profundo y extensor; ubicación del punto de rolling; ubicación de la punta de la tercera falange; longitud de talones; y varias medidas más–. En estos pies proporcionados, después de medir el largo total de la ranilla, la proporción menor del compás coincide siempre con el primer punto de estrés que también corresponde al nivel de la suela funcional. Pero cuando nos encontramos con un pie dañado que no cumple con las proporciones naturales, nos encontramos con dos puntos de estrés visibles. La proporción menor del compás seguirá coincidiendo con el primer punto de estrés pero no así con el nivel de la suela funcional. Esto me indica que el caballo debió modificar su casco para compensar una mala postura.

¿Cómo podemos ayudar?

La persona que recorte los cascos, lo hará siguiendo el nivel de la suela funcional y hasta el correspondiente punto de estrés (segundo punto de estrés), pero podrá ayudar al caballo redondeando el talón hasta el primer punto de estrés –el más cercano a la línea del pelo–, y lo hará con la escofina desde la línea blanca, para darle la posibilidad a la cápsula córnea de liberarse de las presiones que sufre por la postura compensatoria. Esto ayuda a recuperar la posición de la cápsula córnea sin modificar el balance dorso-palmar del pie en el suelo.

Un caso común es el que presentan los cascos topinos, como lo muestran las fotos. Note la diferencia después de considerar ambos puntos de estrés al recortar los cascos. Ha pasado un año aproximadamente entre una foto y la otra.

Los puntos de estrés en los talones y el compás áureo
Los puntos de estrés en los talones y el compás áureo
Los puntos de estrés en los talones y el compás áureo
Daniel Anz Fundador de Balance F®

Daniel Anz es el fundador de Balance F® y autor de los libros "El nuevo Herrador" y "Balance F - El regreso a la esencia de la podología equina".